¿Qué es un templo mormón y que se gana por asistir?
Un templo de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días es un edificio dedicado al Señor Jesucristo como Su casa. Es un lugar donde se llevan a cabo ordenanzas sagradas o ritos requeridos para la salvación y la vida eterna. Es un edificio sagrado, un lugar de paz y un refugio del mundo, donde reina el Espíritu del Señor y donde Su pueblo adquiere poder cuando sirve, recibe instrucción, hace y mantiene los convenios sagrados, ya sea para ellos o para sus ancestros fallecidos.
Respuesta Personal de Andrew C. Skinner
Los templos mormones o de los Santos de los Últimos Días son edificios sagrados o edificios en los que se realizan las ceremonias, los ritos y las ordenanzas más sagradas que se relacionan con la completa y total salvación en el Reino de Dios, generalmente conocida como la exaltación. Debido a que los Santos de los Últimos Días creen que la vida continúa después de esta existencia mortal, y que todos los hombres y mujeres merecen y necesitan participar en estas ordenanzas salvadoras instituidas por Dios, los miembros de la Iglesia que han participado en estas ordenanzas para su propia salvación se ven motivados a regresar a la Iglesia para actuar a menudo como substitutos para los ancestros que han fallecido.
Los Santos de los Últimos Días siempre han sido personas que edifican templos ya que ellos creen que Dios siempre así lo ha ordenado a su pueblo en todos los períodos de tiempo (D. y C. 124:39). Por lo tanto, los Santos de los Últimos Días ven una conexión y una continuidad entres sus templos y los antiguos templos israelitas y judíos (templos de Salomón, Zorobabel y Herodes). El primer templo que se construyó después de la organización de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días fue en Kirtland, Ohio (D. y C. 109), dedicado en 1836.
Los Santos de los Últimos Días creen que los templos autorizados y dedicados son literalmente la casa o el hogar del Señor, lugares en la tierra donde Él realmente puede llegar y reinar. Por lo tanto, se requiere que los Santos de los Últimos Días tengan el mismo grado de pureza y santidad requerido por los antiguos israelitas para entrar a sus estructuras más sagradas, como se describe en Ezequiel 44:9. Los templos se diferencian de las capillas ya que en éstas últimas se realizan las reuniones de instrucción durante los días de la semana y se llevan a cabo los servicios de adoración del día de Reposo. Todas las personas son bienvenidas a ingresar a estos edificios. Sin embargo, los templos poseen el nivel más alto de santidad en el que toma lugar la forma más elevada de adoración y a los que solamente pueden entrar los miembros cuya santidad se certifica.
El ingreso a cualquier templo, una vez que haya sido dedicado por los líderes del sacerdocio para su uso completo y planificado, requiere de una recomendación – un certificado de dignidad emitido por el Obispo o líder eclesiástico local de un miembro.
Debido a que los templos mormones o de los Santos de los Últimos Días representan lo más elevado de nuestra adoración, se realizan ordenanzas y ceremonias especiales propias de la exaltación de la familia humana. En el templo, los miembros reciben instrucción sobre el plan de salvación del Señor, las etapas de la existencia eterna de la humanidad, así como ordenanzas de sellamiento para los esposos, esposas e hijos como familias eternas. El poder de atar y sellar en la tierra, así como en el cielo, fue poseído por los profetas del Antiguo Testamento, siendo Elías uno de los ejemplos más impresionantes (1 Reyes 18). El poder de atar y sellar le fue otorgado a Pedro en tiempos del Nuevo Testamento (Mateo 16:19) y aquel mismo poder le es conferido a los Profetas y a los apóstoles en la actualidad. Es así que los templos mormones son construidos con el mismo propósito que cuando la tierra fue creada - para fomentar el matrimonio y la vida familiar y unir a las familias para la eternidad (D. y C. 2; 49:15-17). El conocimiento y la participación en estas ordenanzas de sellamiento proporcionan una gran bendición de seguridad, bienestar y paz a aquellos que asisten al templo. El templo es un lugar de paz y pureza ya que no se permite entrar nada inmundo o impuro (D. y C. 97:15-16). Como resultado, los miembros pueden disfrutar experiencias sagradas y especiales en los templos.
En el templo, los miembros de la Iglesia ganan un mayor entendimiento de la naturaleza de nuestro Padre en los cielos y su Unigénito Hijo Jesucristo, incluyendo un entendimiento del amor infinito que ellos tienen por cada uno de nosotros, y el poder y conocimiento infinito que desean transmitirnos. En el templo, los creyentes buscan su relación con el universo, por así decirlo. El templo es un lugar en la tierra donde Dios y los seres humanos se reúnen.
Respuesta personal de Karen Merkley
Me siento como si hubiera crecido espiritualmente, en cierto sentido, en la Casa del Señor. Es como si mis más grandes clases espirituales como hija de Dios, madre y amiga hubieran llegado como un producto derivado del servicio, adoración y asistencia al templo. El templo está ciertamente en el centro del evangelio restaurado de Jesucristo y todo lo que sucede dentro de sus bellos precintos nos relacionan más profundamente con Él y Su Expiación.
Tuve una maravillosa experiencia allí ayer. Para contárselas, necesito explicar que una de las ordenanzas del templo es lo que llamamos un sellamiento o matrimonio de dos personas por la eternidad. Creemos que el poder para llevar a cabo esa ordenanza descansa dentro de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días. Bueno, entramos cerca de 8 de nosotros a la bella sala de sellamientos, bendecidos con paz, iluminados por un elegante candelabro, rodeados de espejos que nos daban una sensación de eternidad. Llevaba conmigo los nombres de mis antepasados que no habían conocido la plenitud del Evangelio de Jesucristo, a quienes representaríamos para que pudieran realizar el matrimonio eterno. Tuvimos una experiencia maravillosa, no comparable con cualquier otra cosa sobre la tierra. Había allí una unidad, una paz, un sentimiento de que el Espíritu del Señor era tangible y real. El sellador fue inspirado a decirnos cosas, y a mí, que tenía todo que ver con mi andar personal y por medio de lo cual sentí el amor del Salvador y su preocupación por mí. A medida que llevamos a cabo la obra por la salvación de otra persona, nuestras propias vidas se enriquecen y fortalecen. Es algo muy bello.
Ganando perspectiva y sintiendo la presencia del Señor
Perspectiva, presencia, poder. Eso es de lo que el templo se trata. Cada templo erigido por La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días (templo mormón) es un santuario dedicado, apartado para dotarnos, como hijos de Dios, con la visión de quiénes somos y quiénes podemos llegar a ser, si guardamos los convenios con el Señor. Es un repaso y un recordatorio del divino propósito de Dios y nos ayuda a ver cada vez mejor más allá del actual píxel de nuestra circunstancia. Mediante el servicio en el templo, somos elevados. Estamos cubiertos por el pabellón del Señor.
El templo no es un centro de reunión dominical, sino un lugar donde miembros dignos de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días (mormones) participan en las más altas, más bellas ordenanzas del evangelio de Jesucristo mediante las cuales nos llegamos a preparar gradualmente para entrar en la presencia del Señor.
Entrar en la presencia del Señor. Ese es un poderoso concepto. Estamos realmente aquí para encontrar nuestro camino de regreso al Señor, para re-ingresar a Su presencia literalmente. En el templo, aprendemos lo que se requiere para que pasemos a través del velo que nos separa de Él en la mortalidad. Todo merece la pena para tenerlo cerca. Recuerdo una cartelera que captó mi atención un día mientras estaba conduciendo a casa desde el templo. El slogan, resaltado en letras gruesas en el cartel, decía: El Poder de la presencia. Yo pensé para mí, eso es. Eso es cuando sentimos el más grande gozo… cuando somos rozados, tocados, movidos, abrazados por el amor y la presencia del Señor. No hay nada más exquisito que eso en el mundo. Ninguna cantidad de chocolates Godiva, ningún Maseratti exótico, ningún viaje gratis a Barbados, ningún trofeo de oro, ni logro terrenal, puede acercarse o duplicar ese gozo. Y mientras podemos sentir Su presencia consistentemente mientras navegamos como un resultado de haber realizado nuestro convenio y el servicio que realizamos en las Casas del Señor en todo el mundo.
Ceremonia del Templo
El templo es un lugar donde se nos dota de instrucciones o investiduras acerca del completo plan de felicidad y salvación. En una revisión panorámica de ese plan y el rol del Salvador en él, hacemos convenios con el Señor para obedecer Sus leyes de amor, moralidad y sacrificio; Él nos promete a cambio paz espiritual, protección, y poder. Nos preparamos para ese don o investidura a través de ordenanzas preparatorias, lavamientos y unciones ceremoniales iniciadas en los tiempos del Antiguo Testamento y restauradas en la tierra hoy (Levítico 8:30). Estos son bellos rituales simbólicos de sanación y limpieza espirituales. Recibimos ropa interior especial para recordarnos nuestros convenios. Mientras que algunos por desconocimiento lo llaman “ropa interior mormona”, se conocen realmente como garments del templo mormón. Seguimos la investidura con una ordenanza llamada un sellamiento o matrimonio eterno, mediante la cual las parejas que permanezcan fieles puede estar juntas para siempre. ¡En ningún otro lugar en el mundo se extienden y validan tales bendiciones como en los templos de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días!
El templo ofrece un ambiente reverente en el cual adoramos, recibimos revelación y, después de recibir ordenanzas para nosotros mismos, servimos como representantes para otros que han pasado de la mortalidad al mundo de los espíritus, para que ellos puedan recibir las mismas gloriosas bendiciones del Evangelio (1 Corintios 15:29).
A medida que transitamos en nuestras vidas diarias, sentimos el cumplimiento de la promesa extendida a nosotros en la oración dedicatoria del templo de Kirtland, que los ángeles nos guarden, que podamos salir de Su casa armados con Su poder y nos rodee Su gloria (D y C. 109:22)
Testimonio
Yo sé que los templos realmente disminuyen el poder de Satanás sobre la tierra. Ellos proveen un tipo de inmunidad espiritual y armadura divina. Conozco el gozo de la adoración en el templo y lo que es una real relación con el Señor. Ha habido pruebas en mi vida por las cuales ninguna cantidad de papelitos autoadhesivos amarillos con afirmaciones pegadas en el espejo se remediarían, pero que han sido sanadas por el poder de las bendiciones del templo. He sido elevada como sobre las alas de águilas y conozco esa milagrosa renovación de mente y corazón que proviene del Señor, cuando nosotros lo servimos primero y de este modo, las escrituras llegan a ser mensajes de correo personal, y Su espíritu más abundante. Es como si Él colocara Utilidades Norton en nuestras vidas y organizara nuestro tiempo, agudizara nuestra perspectiva; magnificara lo poco que llevamos a la mesa; e impartiera generosamente Su gracia más allá de todo lo que se nos ha dado de otro modo. La inversión de servir allí continúa cosechando bendiciones dentro y fuera del templo por el resto de nuestras vidas, hasta que se rasga el velo, y vemos entonces cara a cara, por ahora [nosotros] conocemos en parte, pero luego [nosotros] conoceremos aun como [nosotros] somos conocidos (1 Corintios 13:12).
sábado, 18 de octubre de 2008
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