sábado, 18 de octubre de 2008

¿Qué es el Libro de Mormón?

¿Qué es el Libro de Mormón?
El Libro de Mormón es un registro de las enseñanzas del Salvador a Sus “otras ovejas” –los antiguos habitantes de las Américas, es un compendio de escrituras que Dios preparó por más de mil años para sacar a la luz en nuestros días, y es un segundo testimonio, o testamento, de Jesucristo. Incluye la historia espiritual de los descendientes de un profeta, Lehí, quien vivió en los tiempos del reinado de Sedequías en Jerusalén. Lehí fue advertido por Dios que Jerusalén sería destruida, y se le dijo que abandonara el lugar. El Libro de Mormón incluye un relato conmovedor sobre la literal aparición del Salvador en este continente después de Su resurrección. El registro fue traducido por José Smith por medio del don y el poder de Dios. Se erige como un segundo testimonio, con la Biblia, del amor, divinidad, sacrificio y enseñanzas de Cristo.
Respuesta personal de Kent Brown
El Libro de Mormón conserva registros de tres pueblos antiguos que vinieron a las Américas y prosperaron. El punto más relevante del libro se halla en el relato de la visita de tres días de Jesucristo resucitado, una narrativa que es inigualable en la literatura antigua. Al final, a excepción de uno de los grupos, todos fueron destruidos por la guerra.
Notablemente, Jesucristo se impregna a sí mismo en los lectores del Libro de Mormón desde principio a fin. La mayoría de los que pasan tiempo entre las páginas del Libro de Mormón, resultan con impresiones aleccionadoras sobre Él y su maravillosa obra. Y eso es porque el mayor enfoque del libro, desde sus primeras páginas, se centra en Él. Nefi, el primer autor, empuja al Redentor a la palestra tanto narrando su propia visión sobre el Mesías como resaltando las palabras de su padre sobre la venida del Redentor. Más aún, Mormón, el principal compilador y editor de la obra, dio forma a la versión final del registro para traer al Redentor hacia un claro entendimiento para los lectores. Por ejemplo, al final de su propio relato, él escribe conmovedoramente de aquellos que desperdiciaron su oportunidad de venir a Cristo:
¡Oh bello pueblo, cómo pudisteis apartaros de las vías del Señor!
¡Oh bello pueblo, cómo pudisteis rechazar a ese Jesús que esperaba con los brazos abiertos para recibiros! (Mormón 6:17)
Las primeras páginas el Libro de Mormón se abren en una escena en Jerusalén aproximadamente en el año 597 a.C., poco después de que el Rey Sedequías ascendiera al trono del Reinado de Judá. Un hombre llamado Lehí, llamado por Dios en una visión, se une a otros profetas en advertir a los habitantes de la ciudad de estar sujetos a un desastre si no se arrepienten. Pero después de oír este mensaje durante treinta años de Jeremías, la gente no se encontraba con el ánimo de responder cálidamente, Al contrario, muchos se volvieron contra Lehí, forzándolo a huir con su familia hacia Arabia. Desde allí, su gente parte hacia el Nuevo Mundo. Así empieza la gran saga del libro, marcando muchos de los triunfos y dificultades que los descendientes de esta familia experimentaron durante una historia de mil años.
El Libro de Mormón ofrece su propia promesa a aquellos que lean sus páginas “con verdadera intención. Si una persona le pide a Dios “con un con un corazón sincero”, si el libro es verdadero, Dios “os manifestará la verdad de ellas” a más sincero inquisidor (Moroni 10:4)
Recursos adicionales
S. Kent Brown, Voices from the Dust: Book of Mormon Insight- Voces desde el Polvo: Ideas del Libro de Mormón (American Fork, Utah: Covenant Communications, 2004)
Respuesta personal de Karen Merkley
Recientemente, una pregunta sincera aparecida en un forum Cristiano decía, “¿Es el Libro de Mormón una puerta hacia Dios?” Pensé para mí misma, “Sí, de alguna manera, realmente lo es”. El abre nuestros ojos al Salvador en mucho de la misma forma en que lo hace la Biblia. El Libro de Mormón tiene la ventaja de que no contiene los errores inducidos por copistas y traductores.
Algunos dicen “¿Por qué necesitamos algo más que la Biblia?” A ellos, yo simplemente les preguntaría, “¿Qué hay de extraño en que un autor, con más razón el Autor de nuestra fe, se dirija a nosotros en más de un volumen? Su relación con nosotros no ha terminado, y tampoco lo han hecho Sus palabras reveladas.
Busqué una copia del Libro de Mormón en muchas librerías de Filadelfia, después de haberme enterado del mismo, suficientemente irónico, a través de un folleto anti-mormón. Finalmente encontré uno y lo llevé a casa (con algo de helado), y me quedé despierta la mayor parte de la noche leyéndolo. Yo había leído literatura de muchas denominaciones, desde Suecoborgiano hasta Ciencia Cristiana, pero inmediatamente reconocí este libro como revelación adicional que Dios pretendía que todos nosotros recibiéramos. Recibí un testimonio de que era verdadero.
Yo he leído y releído el Libro de Mormón, cada vez con un nuevo entendimiento de mi potencial y de los propósitos de Dios. Se revelen, calidoscópicamente. Cuando he rogado por sabiduría en mis empresas, he pedido guía como madre, como amiga, como profesional, como estudiante, nunca me ha faltado una respuesta. Esas respuestas me han cambiado, han guiado mis pasos, me han motivado a surgir, me han ayudado a balancear la justicia y la misericordia, y me han traído paz. Todo está allí guardado en un recuento verdadero de antepasados. Es un libro que cambia vidas, que fue escrito en la antigüedad pero preparado para nuestras necesidades actuales.
El Libro de Mormón es acerca del poder de Dios para salvarnos. Es acerca de la última oportunidad del Salvador, cuánto más Él seguirá extendiendo misericordia y amor a cada uno de nosotros en Su familia y cómo podemos tratar de hacer lo mismo; es sobre la justicia de Dios al permitir que las consecuencias del pecado alcancen a los impíos si ellos persistentemente se rebelan contra la luz y el conocimiento. Es sobre el poder de nuestra fe personal y la perfección de esa fe mediante la adversidad, esfuerzo y crecimiento. Es una obra inspirada que activa el poder de la fe en nuestras vidas y nos prepara para ver a Dios.
Yo tengo que decir que estaría agradecida si tan sólo tuviéramos ciertas porciones del Libro de Mormón, tales como:
Alma 32: Es un capítulo al que me refiero como “”La fórmula del Señor para el éxito” o la “Versión de la fe del experimento científico”. El Señor nos dice cómo podemos saber qué es “real” espiritualmente. Es profundamente simple y simplemente profundo.
1 Nefi 4: Este capítulo ha sido un formato que he implantado en mi vida una y otra vez a medida que he encontrado un nuevo desafío, o tomado una nueva dirección, caminando con fe. Es un testigo absoluto de las formas en que el Señor nos guiará individualmente, de acuerdo a nuestras aptitudes, y nos ayudará a avanzar “sin saber de antemano las cosas que debemos hacer.”
Alma 52: Las tácticas de guerra físicas descritas en este capítulo son un tipo de tácticas de guerra espiritual. Mientras leo este capítulo, se me recuerda que necesito continuar defendiendo a mis hijas de las voces que reclaman que la maternidad y el trabajo en el hogar son esclavitud y las cuales buscan “atraerlas para sacarlas de sus fuertes”, sorprendiéndolas.
Yo estaría agradecida de haber sido favorecida con tan sólo esos pasajes, pero aún más así, de que se me haya entregado 531 páginas de similares porciones espirituales en el Libro de Mormón.
Añado mi voz de testimonio a los muchos que testifican de igual manera, que el Libro de Mormón es divino.
Recursos adicionales
Testigos de las escrituras: Este artículo por un apóstol moderno, Elder Russell M. Nelson, ilustra que las escrituras de la Restauración no compiten con la Biblia, la complementan. Testigos de las Escrituras, Liahona Nov 2007
Las piedras angulares de nuestra fe. Este artículo por un profeta viviente, Presidente Gordon B. Hinckley, se dirige a las 4l escrituras de creencia en la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días. Cuatro Piedras Angulares de Fe, Liahona, Feb 2004.

No hay comentarios: